Para la construcción de la Catedral de Bariloche, el arquitecto Alejandro Bustillo ofreció su proyecto gratuitamente. Su sentimiento se orientó en un estilo neogótico con reminiscencias francesas. Un proyecto que incluía, buscado o no, algo de las herméticas ciencias medievales.
El edificio tiene forma de cruz latina con formas sobrias. Su cabecera está orientada exactamente al Este, de modo que el sol ilumina desde el comienzo del día. Así también se logra esfumar las diversas variaciones de la luz, al pasar por los vitrales. Vista desde el exterior, se generan planos de luz y sombra acentuando sus rasgos arquitectónicos ya mencionados.
El material usado para su edificación fue la “piedra blanca”. Es curioso notar, expresado por algunos feligreses, como el efecto que genera este mineral, puede transportarnos a un mundo interior de sensible austeridad. Impresión vinculada acaso con la grutas de los primeros cristianos, que encontraban en estos medios de construcción (piedra) los medios para edificar.
El techo, es de pizarra negra y posee un campanario de 69 metros en forma de aguja.
Alejandro Bustillo formaba parte de un equipo de urbanistas, coordinados por presidente de Parques Nacionales, el doctor Exequiel Bustillo (hermano de Alejandro Bustillo). Este grupo, entre quienes se encontraban además Ernesto Estrada y Miguel Ángel Cesari, fue el propulsor de obras tales como el Centro Cívico, el Hotel Llao-Llao, entre otros. Dado que las características del proyecto, por su envergadura, hablaba de algo importante y difícil de solventar por la comunidad de fieles, desde lo económico, la nación ofreció el dinero para su concreción.
En 1942 se regularizó el dominio del terreno donde emplazarla y dos años más tarde se concluyó con la estructura de hormigón realizada por la Compañía General de Construcciones con la conducción del Ingeniero Pedro Faukland, actuando como capataz don Esteban Capitanich. Fue cuando comienzan su labor los picapedreros.
Luego se nombró capataz del equipo a José Lukman, esloveno de nacimiento, picapedrero por herencia, recibido en su juventud tras cuatro años de escuela tallando en las cavas romanas de Aurisinia. Estuvo a cargo de un grupo de alrededor de 20 personas, donde solo 6 conocían el oficio completamente, el resto eran aprendices. Él fue quien diseñó y labró las molduras que le dan elegancia al conjunto, y quien a golpes de maza dio forma a la mayoría de los arcos y a la piedra de encaje.
El 4 de junio de 2004 llega desde Achao, isla de Chiloé, Chile, una réplica de una imagen perdida y que acompañó al primer asentamiento jesuita a orillas del Nahuel Huapi. Dicha réplica fue realizada por el escultor chilote Milton Muñoz en un bloque de milenario alerce. Hoy dicha imagen se sitúa en el altar mayor de la catedral y es la actual patrona de la ciudad.
Exequiel Bustillo promocionó una Comisión de Damas, que, presidida por la señora Isabel Nevares de Ortiz Basualdo - hermana del obispo Jaime de Nevares- logró reunir mediante donaciones el dinero suficiente para encargar los vitrales.
Los vitrales fueron diseñados por un francés llamado Enrique A. Thomas, en Buenos Aires y realizados en Francia. Para determinar qué imágenes corresponderían al templo, el doctor Exequiel Bustillo se comunicó con monseñor Esandi sugiriendo tibiamente sobre la posibilidad de que estas imágenes tuviesen vinculaciones regionales, participación que el sacerdote aceptó con entusiasmo. Y así surgió del taller de Enrique Thomas una preciosa imagen de Nuestra Señora del Nahuel Huapi (patrona del templo) e imágenes vernáculas.
En los vitrales están representados, además, los aborígenes, el padre jesuita Nicolás Mascardi, fray Francisco Menéndez, el mismísimo general Julio Argentino Roca, Ceferino Namuncurá, el padre Milanesio (el primer cura del pueblo de Bariloche) y hasta los creadores del templo: los arquitectos Alejandro Bustillo representado como San Rafael Arcángel - y Miguel Ángel Césari, como San Miguel Arcángel.
Los vitrales fueron colocados en 1947, quedando la obra concluida por fuera, con el interior aún en bruto y piso de cemento alisado. Aun así los vecinos, entre ellos Luis Fernández y Pablo Depellegrin, proveyeron algunos bancos. En el campanario, sin campanas, se instaló un carrillón con amplificadores, que por largos años, acompañó con su excelente sonido de campanas al pueblo de Bariloche.
El viacrucis son catorce piezas de arte religioso contemporáneo, con motivos que nacen con los albores del cristianismo.
Las piezas, con formas ojivales (góticas), fueron moldeadas en arcilla y luego cocidas en horno cerámico.
El autor del Vía Crucis es Alejandro Santana, arquitecto de Bariloche.
Si bien su exterior se encuentra terminado, no ocurre lo mismo con su interior el cual nunca fue completamente terminado, y por mucho tiempo solo mostraba las estructuras de hormigón desnudo y el piso de cemento alisado.
Recién en 1994 se realizan una serie de trabajos destinados a mejorar el piso, proveer a la catedral de un sistema de calefacción sueco y mejorar el aspecto de los muros interiores hasta 6 m de alto tapizándolos con celdas prefabricadas realizadas con la piedra original de la construcción.
For the construction of the Cathedral of Bariloche, the architect Alejandro Bustillo offered his project free of charge. His feeling was oriented in a neo-Gothic style with French reminiscences. A project that included, sought or not, something from the hermetic medieval sciences.
The building is in the shape of a Latin cross with sober shapes. Its head is oriented exactly to the East, so that the sun shines from the beginning of the day. In this way, it is also possible to blur the various variations of light, when passing through the stained glass windows. Seen from the outside, planes of light and shadow are generated, accentuating its aforementioned architectural features.
The material used for its construction was the "white stone". It is curious to note, expressed by some parishioners, how the effect generated by this mineral can transport us to an inner world of sensitive austerity. Impression perhaps linked to the caves of the first Christians, who found in these means of construction (stone) the means to build.
The roof is made of black slate and it has a 69-meter bell tower in the shape of a needle.
Alejandro Bustillo was part of a team of urban planners, coordinated by the president of National Parks, Dr. Exequiel Bustillo (Alejandro Bustillo's brother). This group, including Ernesto Estrada and Miguel Ángel Cesari, was the promoter of projects such as the Civic Center and the Hotel Llao-Llao, among others. Given that the characteristics of the project, due to its size, spoke of something important and difficult for the community of faithful to solve, from an economic point of view, the nation offered the money for its realization.
In 1942 the domain of the land where it was located was regularized and two years later the concrete structure was completed by the General Construction Company under the leadership of Engineer Pedro Faukland, acting as foreman Mr. Esteban Capitanich. It was when the stonecutters began their work.
Then José Lukman, a Slovenian by birth, a stonecutter by inheritance, received in his youth after four years of school carving in the Roman cellars of Aurisinia, was appointed team foreman. He was in charge of a group of around 20 people, where only 6 knew the trade completely, the rest were apprentices. He was the one who designed and carved the moldings that give elegance to the complex, and who with blows of a mallet shaped most of the arches and the lace stone.
On June 4, 2004, a replica of a lost image that accompanied the first Jesuit settlement on the banks of Nahuel Huapi arrived from Achao, Chiloé Island, Chile. Said replica was made by the Chilote sculptor Milton Muñoz in a block of thousand-year-old larch. Today this image is located on the main altar of the cathedral and is the current patron saint of the city.
Exequiel Bustillo promoted a Commission of Ladies, which, chaired by Mrs. Isabel Nevares de Ortiz Basualdo - sister of Bishop Jaime de Nevares - managed to raise enough money through donations to order the stained glass windows.
The stained glass windows were designed by a Frenchman named Enrique A. Thomas, in Buenos Aires and made in France. To determine which images would correspond to the temple, Dr. Exequiel Bustillo contacted Monsignor Esandi lukewarmly suggesting the possibility that these images had regional links, a participation that the priest enthusiastically accepted. And so a precious image of Our Lady of Nahuel Huapi (patron saint of the temple) and vernacular images emerged from Enrique Thomas's workshop.
The stained glass windows also represent the aborigines, the Jesuit Father Nicolás Mascardi, Fray Francisco Menéndez, General Julio Argentino Roca himself, Ceferino Namuncurá, Father Milanesio (the first priest of the town of Bariloche) and even the creators of the temple: the architects Alejandro Bustillo represented as San Rafael Arcángel - and Miguel Ángel Césari, as San Miguel Arcángel.
The stained glass windows were placed in 1947, leaving the work completed on the outside, with the interior still rough and a smooth cement floor. Even so, the neighbors, among them Luis Fernández and Pablo Depellegrin, provided some benches. In the bell tower, without bells, a carillon with amplifiers was installed, which for many years accompanied the town of Bariloche with its excellent sound of bells.
The Stations of the Cross are fourteen pieces of contemporary religious art, with motifs that originate with the dawn of Christianity.
The pieces, with ogival (Gothic) shapes, were molded in clay and then fired in a ceramic kiln.
The author of the Via Crucis is Alejandro Santana, an architect from Bariloche.
Although its exterior is finished, the same is not the case with its interior, which was never completely finished, and for a long time it only showed bare concrete structures and a smooth cement floor.
It was not until 1994 that a series of works were carried out to improve the floor, provide the cathedral with a Swedish heating system and improve the appearance of the interior walls up to 6 m high, upholstering them with prefabricated cells made with the original stone of the construction.
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