[ES] “El Relojero de la calle de la Sal es una de las curiosidades que podemos encontrar cuando paseamos por las callejuelas aledañas a la plaza Mayor de Madrid. Como ves, se trata de un simpático artesano relojero que asoma a uno de los balcones del primer piso.
El Relojero de la calle de la Sal forma parte del carillón que da la hora con música de campanas. Los sonidos son como de cuento, una mágica melodía en una zona especial de la ciudad. La gracia de la figura, con su colorido y sus lentos movimientos, hacen detenerse a los paseantes.
En este carillón podemos encontrar varios relojes, hay uno de sol, otro de ellos de arena y también uno de cuco. El que lleva el Relojero en su mano ofrece la hora peninsular española. En cuanto a la música que suena, se trata de fragmentos del chotis Madrid y de la zarzuela La Gran Vía.
En el panel que sirve de barandilla al Relojero, encontramos también un reloj solar con la firma de Antonio Mingote. El dibujante también diseñó otro carillón madrileño, el carillón goyesco del edificio Plus Ultra. Por estas y otras muchas aportaciones a Madrid, hoy encontramos un monumento al dibujante en el Parque del Retiro.
El Relojero de la calle de la Sal está encima de la Antigua Relojería. Este establecimiento tradicional típico madrileño fue fundado en 1880, cuando todavía se utilizaban relojes de bolsillo. El local presenta una cuidada estética exterior para recordar el Madrid galdosiano
En la Antigua Relojería encontramos relojes de todo tipo, con especial atención a los tradicionales, como los relojes de cuco, de bolsillo, de mesa o de antesala. La mayoría de estos relojes están diseñados tanto para dar la hora como para decorar.”
(Fuente)
[EN] “The Clockmaker on Calle de la Sal is one of the curiosities that we can find when we walk through the alleys surrounding the Plaza Mayor in Madrid. As you can see, it is a friendly artisan watchmaker who looks out from one of the balconies on the first floor.
The Clockmaker on Sal Street is part of the carillon that tells the time with bell music. The sounds are like a story, a magical melody in a special area of the city. The grace of the figure, with its color and slow movements, makes passersby stop.
In this carillon we can find several clocks, there is a sundial, another sand clock and also a cuckoo clock. The one that the Watchmaker carries in his hand offers the Spanish peninsular time. As for the music that plays, it is fragments of the chotis Madrid and the zarzuela La Gran Vía.
On the panel that serves as a railing to the Clockmaker, we also find a sundial with the signature of Antonio Mingote. The artist also designed another Madrid carillon, the Goyesque carillon of the Plus Ultra building. For these and many other contributions to Madrid, today we find a monument to the cartoonist in the Retiro Park.
The Clockmaker on Sal Street is above the Old Clock Shop. This traditional, typical Madrid establishment was founded in 1880, when pocket watches were still used. The establishment presents a careful exterior aesthetic to remember Galdosian Madrid.
In the Old Watch Shop we find clocks of all types, with special attention to traditional ones, such as cuckoo, pocket, table or anteroom clocks. Most of these clocks are designed to both tell time and decorate.”
(Source)